El juez de Texas ha declarado el estado de emergencia frente al eclipse solar, pero el preparacionismo tiene más lógica de lo que parece. Ante la inminente llegada de un evento astronómico sin precedentes, las autoridades texanas han optado por tomar medidas extremas para garantizar la seguridad de la población. Sin embargo, algunos expertos en la materia sostienen que el preparacionismo, es decir, la preparación anticipada y planificada para situaciones de crisis, no solo es una medida sensata, sino también necesaria en este contexto. El eclipse solar, con su impacto potencial en las comunicaciones, el suministro eléctrico y la seguridad pública, ha generado una sensación de urgencia en la comunidad, que ve en la precaución una herramienta indispensable para afrontar los posibles desafíos que se avecinan.
Declaran emergencia en Texas por eclipse solar: ¿Preparacionismo o realismo ante multitudes?
Tras haber vivido el apocalipsis de la harina y el papel de baño que se produjo durante la pandemia del coronavirus, uno ya es capaz de esperarse cualquier cosa en lo que a comportamientos catastrofistas se refiere. Sin embargo, eso no evita que la petición de varios departamentos de seguridad de los Estados Unidos frente al próximo eclipse solar total del 8 de abril sea sorprendente.
En concreto, el gobierno norteamericano pide hacer acopio de agua y suministros de comida, quedarse en casa y evitar las movilizaciones en la medida de lo posible, rellenar los depósitos de combustibles durante los días previos al eclipse, tener a mano todas las medicinas que requieran, y no programar visitas médicas frente a la administración pública durante el día del eclipse o las fechas cercanas al esperado evento astronómico.
Consejos de preparación para el eclipse: más lógicos de lo que parecen ante turismo masivo
Es fácil que, recuperando parte de aquella demencia preparacionista que asoló al mundo durante la pandemia, uno termine relacionando estas recomendaciones con cierto panorama apocalíptico y catastrofista, pero lo cierto es que la idea tiene más sentido de lo que parece. Está más relacionada con los efectos que puede provocar el eclipse que con el evento en sí mismo.
El problema no es que la Luna se ponga frente al Sol dejándonos una imagen espectacular para el recuerdo, sino la cantidad de turistas que van a llegar a las distintas zonas del país donde se podrá apreciar el eclipse total con mayor claridad. Por aquello de ser un evento único que solo ocurre cada ciertos años, podrían llegar a colapsar carreteras o generar problemas de suministros por la cantidad de gente que se espera durante esas fechas.
Las grandes congregaciones de gente suelen traer bajo el brazo problemas, y ejemplos como el del Condado de Bell en Texas, con una población media de 400.000 personas que apunta a rozar el millón durante las fechas previas al evento, han obligado a que el juez del condado, David Blackburn, declare el estado de emergencia como medida de protección hacia residentes y turistas.
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