Empleado gana 92.000 euros al año y renuncia por negativa de teletrabajo de su jefe. Cree ser víctima de la obsesión por la productividad.

Empleado gana 92.000 euros al año y renuncia por negativa de teletrabajo de su jefe. Cree ser víctima de la obsesión por la productividad.

En un sorprendente giro de eventos laborales, un trabajador con un salario anual de 92.000 euros ha tomado la decisión de renunciar a su puesto debido a la negativa de su empleador de permitirle el teletrabajo. Este empleado, cuya identidad permanece en el anonimato, argumenta que su jefe ha hecho caso omiso de sus solicitudes de flexibilidad laboral, alegando sentirse víctima de la obsesión por la productividad. Esta situación pone de manifiesto el creciente debate en torno a la conciliación entre la vida laboral y personal, así como la importancia de adaptarse a los nuevos modelos de trabajo en un mundo cada vez más digitalizado.

Empleado renuncia a su sueldo de 92.000 euros por negativa de teletrabajo

Con 53 años y un trabajo como administrativa en una empresa de Arizona, Felicia pertenecía a ese grupo de trabajadores que podía permitirse el teletrabajo tres días en casa y dos en la oficina para mantener lo que según ella era el equilibrio perfecto entre vida y trabajo. Ahora, tras año y medio disfrutando de un modelo híbrido, se les ha dado un ultimátum. O vuelven al trabajo o están despedidos.

Tras poco más de un mes de volver a la rutina de las reuniones innecesarias y los cotilleos junto a la máquina del café, Felicia ha presentado su carta de dimisión dejando atrás un sueldo de seis cifras, unos 92.000 euros al cambio actual, porque afirma que no le compensa lidiar con lo que se ha terminado llamando la paranoia de la productividad.

Aunque Felicia asegura que tenía la sensación de sacar adelante mucho más trabajo cuando estaba trabajando en formato híbrido, porque además de otros beneficios de esa forma era capaz de cambiar el chip entre un formato y otro mientras aprovechaba para deshacerse de distracciones e interrupciones innecesarias que retrasaban su carga de trabajo, sus jefes no opinan lo mismo.

Empleado deja su trabajo por obsesión por la productividad de su jefe

Pese a que la administrativa estaba en una dinámica en la que llegaba a casa y trabajaba cuatro horas porque no podía terminar mi trabajo, la idea de sus jefes era que trabajaban durante dos días y el resto simplemente estaban en casa en modo desconexión. Lo cierto es que el 85% de los gerentes siguen sin confiar en que sus empleados están rindiendo como es debido cuando están trabajando en remoto.

De un tiempo a esta parte, quienes no han optado por la agresividad de un ultimátum como el de Felicia, han intentando intensificar el control de la productividad de sus trabajadores mediante más reuniones virtuales. A la larga, la decisión está provocando un éxodo masivo que termina explotando por cosas tan básicas como, simplemente, pillar un atasco inesperado.