La Historia No Contada de Cómo Disneyland Casi Se Construyó en España
En 1992, España podría haber alcanzado el pleno perfecto al sumar la Expo de Sevilla, las Olimpiadas de Barcelona y la inauguración de Disneyland. Lamentablemente, ese último premio se lo llevó París, pese a que cuatro de las seis ciudades que se estudiaban para la construcción del parque Disney estaban ubicadas en España.
Las Cuatro Ciudades Españolas que Casi Fueron el Hogar de Disneyland
Además de la ciudad de Marne-la-Vallée, a apenas 30 kilómetros de París, y una posibilidad similar en Tolón, en la costa entre Cannes y Marsella, los planes de Disney para la construcción de su parque de atracciones europeo tenían puesto el foco en el sur del continente con otras cuatro ciudades españolas que estuvieron a punto de convertirse en el parque de EuroDisney, que luego terminaría llamándose Disneyland París por su proximidad a la ciudad francesa.
En concreto, se hablaba de Alicante, Castellón, Tarragona y Valencia, con terrenos cedidos para la construcción que se situaban en Santa Pola, entre Oropesa del Mar y Torreblanca, entre La Ametlla de Mar y Vandellós, y entre Oliva y Pego, respectivamente.
Por Qué Disneyland No Se Construyó en España
Pese a que posteriormente terminaría arrepintiéndose por los problemas generados durante la construcción en Francia, el parque terminó construyéndose en París. La razón principal fue que Disney creía que los terrenos cercanos a París, y el país galo en general, contaban con mejores comunicaciones que el resto de ciudades que estaban sobre la mesa.
Según Michael Eisner, presidente de Disney por aquella época, Queríamos estar cerca de la mayor base de población, en la encrucijada de Europa. Aunque el Reino Unido tiene un clima empresarial y creativo acogedor, no consideramos Inglaterra para EuroDisney por razones de ubicación. Consideramos Francia y España. La mayoría de los directivos de Disney que heredamos el proyecto preferirían ir a España debido a las supuestas similitudes con Los Ángeles y Florida. Pero esa era una suposición errónea.
Por supuesto, España, un país fantástico, habría sido una buena elección, pero carecía de la historia de turismo tipo Disney. Si hubiéramos elegido Barcelona o incluso Valencia, no habría sido tan cálido en invierno como Florida, y no era una ruta conveniente a través de Europa. París, en cambio, está ubicado en el centro.
La estabilidad política del país francés en aquel momento también era notablemente distinta a la que teníamos en España, pero en cualquier caso, como demostraron parques como Isla Mágica en Andalucía, Terra Mítica en Valencia, o PortAventura en Tarragona, optar por otra opción distinta a la de París también habría garantizado su éxito.
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