Los que roban a los actores de doblaje son unos idiotas, los protagonistas de The Witcher, Baldur's Gate 3 y Final Fantasy XVI reflexionan sobre el uso de la IA
En una reciente entrevista exclusiva, los actores de doblaje de renombradas sagas de videojuegos como The Witcher, Baldur's Gate 3 y Final Fantasy XVI han expresado su preocupación en torno al uso de la inteligencia artificial en la industria. De acuerdo con las declaraciones, se ha evidenciado un aumento de incidentes de robo hacia los intérpretes, lo cual ha generado un debate sobre la ética y la seguridad en este campo. En este sentido, los protagonistas han coincidido en señalar que aquellos que perpetran estos actos son inconscientes e irrespetuosos, destacando la importancia de proteger la labor de los profesionales involucrados en la creación de estos universos virtuales.
Actores de doblaje de renombre critican el uso de la IA en videojuegos
La Inteligencia Artificial forma parte del desarrollo de videojuegos desde hace años, pero su rápida evolución está preocupando a muchos de los profesionales que trabajan en el sector. Porque, además de llevar a cabo las tareas para las que se usaba antaño, la IA ahora es capaz de reemplazar a trabajadores completando faena de programación y hasta de actuación de voz. Por ello, las personas que han dado vida a Geralt de Rivia en The Witcher (Doug Cockle), Karlach en Baldur's Gate 3 (Samantha Béart) y Clive Rosfield en Final Fantasy XVI (Ben Starr) expresan sus preocupaciones por el auge de esta tecnología en el sector que les da de comer.
Profesionales de The Witcher, Baldur's Gate y Final Fantasy XVI preocupados por la IA
Porque, dejando aparte todas las ventajas de la IA actual, los actores están preocupados especialmente por los que se dedican a usurpar sus voces para que digan cosas problemáticas: Las personas que roban a los actores de doblaje para hacer otra cosa son idiotas, comenta Cockle en una entrevista concedida a NME donde recuerda que él no tiene tiempo ni dinero para luchar en cada una de estas situaciones. Es como ver un maremoto y preocuparse de que llegue, continúa. Va a suceder y no puedes hacer nada para detenerlo. Por su parte, Béart y Starr temen que los desarrolladores dejen a un lado la calidad de la actuación humana para priorizar el ahorro de costes: Estoy preocupada por el arte, añade la actriz de voz de Karlach. La automatización ya ha reemplazado muchas cosas, y no me sorprende que vaya a por el arte. Si a suficientes personas no les importa la IA, o si se le permite infiltrarse, estaremos en problemas.
La IA limitará el descubrimiento de nuevos talentos. Pero las preocupaciones del grupo de actores de voz no se limitan a la conservación y evolución de sus propios trabajos, sino que también se extrapolan a aquellas personas interesadas por el oficio que, con la IA, podrían no destacar jamás. En este sentido, Starr teme que las desarrolladoras empleen la IA para dar vida a extras o personajes secundarios de una aventura; decisión que afectaría directamente a un rol poco importante que, sin embargo, permite que los nuevos talentos se inicien en el mundillo.
Sea como fuere, los tres profesionales tienen claro que la IA es inevitable. Béart cree que esta tecnología debe estrellarse y arder para que desempeñe un papel menor en la industria; opinión con la que Starr y Cockle no están de acuerdo: Necesitamos averiguar cómo trabajar junto a ella [la IA], en lugar de que se haga cargo de todo por completo, explica el actor de Clive en la entrevista. Lo desconocido es espantoso – y, en las manos equivocadas, la IA tiene la capacidad de eliminar puestos de trabajo.
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