La teoría de que el ser humano solo utiliza el 10% de su capacidad cerebral ha sido un tema de debate y especulación durante décadas. Esta idea, que ha sido ampliamente difundida en la cultura popular, sugiere que existen grandes reservas de potencial intelectual que permanecen inexploradas en nuestro cerebro. Sin embargo, esta afirmación no tiene base científica y se ha demostrado que es un mito sin fundamento. A pesar de esto, esta idea ha sido ampliamente difundida en la ciencia ficción y ha sido utilizada como tema en numerous películas, libros y series de televisión. Una de las películas que más ha contribuido a la difusión de este mito es Lucy, protagonizada por Scarlett Johansson, que sugiere que la capacidad cerebral humana es prácticamente ilimitada.
El mito de que solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro
Desde que apareció en la película Lucy, protagonizada por Scarlett Johansson y Morgan Freeman, la afirmación de que solo utilizamos un 10% de nuestro cerebro se ha convertido en una suerte de comodín. Desde Stranger Things hasta la magia, la respuesta siempre suele estar en que nuestra cabeza puede llegar mucho más lejos de lo que creemos.
Pero, sorpresa de nadie, es uno de los mitos más absurdos que hemos adoptado de la ciencia ficción. Lo peor de todo es que ni es nuevo ni tiene evidencia científica.
El origen de la frase
La fuente que llevó a que el engaño corriese como la pólvora entre la opinión pública se remonta a un texto de William James, el padre fundador de la escuela de psicología norteamericana, en 1907. En él, James hablaba de cómo las distracciones provocadas por la sociedad y nuestro día a día minan nuestra productividad porque concentrarnos en algo concreto, ya en aquella época, es cada vez más difícil.
La mayoría de nosotros sentimos como si viviéramos habitualmente con una especie de nube que nos pesa, por debajo de nuestro nivel más alto de claridad en el discernimiento, seguridad en el razonamiento o firmeza en la toma de decisiones. En comparación con lo que deberíamos ser, estamos solo medio despiertos. Nuestros fuegos están apagados, nuestros borradores están frenados. Estamos utilizando solo una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos.
La realidad científica
No hay más. Más allá de ese comentario, no hay documentación alguna sobre el uso del 10% de nuestro cerebro que haya podido llevar a engaño a nadie. De hecho, incluso podríamos decir que utilizamos más del 100% de nuestro cerebro, especialmente si tenemos en cuenta que, si en algún momento se produce un daño en el mismo en una temprana edad, las posibilidades de que la parte restante intente compensar esa pérdida son elevadas.
Incluso en aquellos casos en los que hay un daño cerebral severo, como pueden ser enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el Parkinson, esas personas tienen una actividad cerebral que supera holgadamente el 10% del cerebro. Incluso cuando dormimos estamos utilizando más que ese pequeño porcentaje.
La próxima vez que escuches esa afirmación, recuérdale a quien la suelte que es una falacia igual de grande que la de ponerle música de Mozart a los bebés para mejorar sus capacidades cerebrales.
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