En un giro inesperado, el teletrabajo, que se consideraba una tendencia en constante crecimiento, ha experimentado un cambio significativo en los últimos meses. Mientras que los Husbands y Padres están aumentando su presencia en el trabajo desde casa, las mujeres, por otro lado, están regresando a la oficina. Esta reversión de la tendencia ha generado un interés especial entre los expertos en recursos humanos y mercadotecnia, quienes buscan entender las razones detrás de este fenómeno.
La paradoja del teletrabajo: mientras los hombres trabajan desde casa, las mujeres regresan a la oficina
La tendencia del teletrabajo ha llevado a una situación paradójica: mientras los hombres disfrutan de la flexibilidad de trabajar desde casa, las mujeres están regresando a la oficina. Esta situación ha sido bautizada como la tendencia del WFH Husband (Esposo que trabaja desde casa), pero detrás de esta etiqueta hay una realidad más compleja.
Según la profesora Heejung Chung, socióloga de la Universidad de Kent, la brecha de género en el teletrabajo se debe a la diferencia entre los puestos que están dominados por los hombres y los que tienen una mayor presencia femenina. Los estudios recientes aseguran que, del total de hombres que trabajan de forma completamente remota en Estados Unidos, un 2% tiene esposas que tienen que ir a la oficina.
Las ocupaciones que limitan el trabajo remoto
Las tres principales ocupaciones o sectores en los que el trabajo remoto sigue siendo limitado son la atención médica, la educación (principalmente la educación primaria y secundaria) y el comercio minorista. Estas son ocupaciones muy centradas en las mujeres, donde el trabajo a distancia no es posible.
Por otro lado, las oportunidades laborales tradicionalmente dominadas por hombres ofrecen más posibilidades de trabajo remoto. Sin embargo, incluso en sectores donde hay roles más relacionados con el soporte y el comercio a distancia, se ha apreciado una mayor tendencia a obligar a sus empleados a volver a la oficina, pese a no ser imprescindible.
La pregunta que queda por responder es si los roles tradicionalmente dominados por hombres realmente ofrecerán un cambio significativo en la brecha de género en el teletrabajo.
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