El coche de Apple cancelado se llamaba Project Titan, pero sus trabajadores eran más crueles a la hora de nombrarlo: lo llamaban the Titanic disaster.
La noticia sobre la cancelación del proyecto Titan de Apple ha sacudido el mundo de la tecnología. A pesar de tener un nombre prometedor, los empleados de la compañía lo apodaron de manera despiadada como the Titanic disaster. Este giro irónico revela la frustración y descontento que rodeaban al proyecto interno de Apple. A pesar de los esfuerzos y recursos invertidos, el resultado final no cumplió con las expectativas. La comparación con el desafortunado destino del Titanic sugiere una debacle de proporciones épicas en el mundo de la innovación tecnológica. Sin duda, esta noticia deja entrever los desafíos y obstáculos que enfrentan incluso las empresas más grandes y poderosas en su búsqueda de la excelencia.
El ambicioso proyecto de coche eléctrico de Apple, conocido como Project Titan, cancelado
A principios de semana salió a la luz la cancelación del ambicioso coche eléctrico de Apple. El conocido como Apple Car era un prometedor proyecto que llevaba cerca de 10 años cociéndose en los hornos de Cupertino y que, tras varios problemas y una inversión de 10.000 millones de dólares, deja de ser una prioridad para los creadores del iPhone y las recientes Apple Vision Pro.
El 'Titanic disaster': el cruel apodo interno del coche de Apple cancelado
A nivel interno el proyecto se conocía como Project Titan, pero tal y como recogía el New York Times en su reportaje sobre la cancelación, parte del equipo que estaba trabajando en el coche eléctrico de Apple, entre los que había ingenieros de la NASA y Porsche, lo conocían como the Titanic disaster, que se traduciría como el desastre titánico y haría referencia al hundimiento del barco en el que ahora mismo estás pensando.
En el proyecto llegó a haber más de 2.000 personas y se creó con la intención de plantarle cara a Tesla en su propio mercado, pero con la particularidad de apuntar a un sistema mucho más autónomo. Con el paso del tiempo, la intención demostró ser un reto aún mayor de lo que esperaban, así que viraron hacia un modelo de conducción con asistencias en vez de una revolución en materia de conducción autónoma.
Tal y como recogía el NYT, el proyecto carecía de una dirección clara y los trabajadores se quejaban de falta de liderazgo a la hora de plasmar la idea de crear un coche eléctrico con asistencias a la conducción, lo que sumado a los no pocos problemas que fueron surgiendo durante el desarrollo, entre ellos cómo se las iba a apañar Apple para construir el vehículo en masa, terminaron provocando la cancelación del mismo.
De todo lo trabajado durante el desarrollo de su particular vehículo, Apple planea aprovechar las lecciones aprendidas en materia de tecnología IA y asistencias autónomas para apoyar otros proyectos, pero teniendo en cuenta todo lo invertido hasta el momento, parece que sus trabajadores no iban desencaminados a la hora de llamarlo de esa forma.
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