Las mujeres con supervisión mutante existen. En un descubrimiento científico que desafía la percepción tradicional de la visión humana, se ha encontrado que algunas mujeres poseen una variante genética que les otorga una habilidad extraordinaria para distinguir tonalidades de colores. Este fenómeno, conocido como supervisión mutante, ha captado la atención de la comunidad científica por su impacto en la comprensión de la percepción visual. Investigadores de todo el mundo se han sorprendido al descubrir que estas mujeres pueden diferenciar matices de colores con una precisión asombrosa, lo que plantea interrogantes sobre la diversidad genética en la población. Así, este hallazgo invita a reflexionar sobre la diversidad biológica y la importancia de reconocer y celebrar las diferencias individuales. Por tanto, no deberías sentirte culpable por no saber diferenciar dos colores, ya que la ciencia nos demuestra que la visión humana es más compleja de lo que imaginábamos.
Descubre la fascinante existencia de las mujeres tetracrómatas, capaces de ver millones de colores
La próxima vez que alguien te enseñe el mismo color dos veces y te pregunte cuál te gusta más, ya tienes excusa para reconocer que no ves la diferencia. Tú no eres una persona con supervisión, pero las hay que sí. Se llaman tetracrómatas y, a diferencia del resto de mortales que sólo alcanzamos a ver un millón de colores, ellas pueden percibir hasta 100 millones de colores.
Así lo recoge la neurocientífica Conchi Lillo en una reciente entrevista, afirmando que pese a que comúnmente se le llama supervisión, en realidad su nombre científico viene de los conos que utilizamos para percibir los colores. Tal y como ocurre a la hora de generar imágenes con el famoso RGB, nuestra retina tiene tres receptores distintos. Uno para el rojo, otro para el verde, y otro para el azul.
Conoce a las mujeres con supervisión mutante: la clave para ver un mundo de matices
Sin embargo, la mayoría de personas con dos cromosomas X, normalmente mujeres, sufren una mutación que suma un cono adicional a la mezcla, pasando así de ser tricrómatas a tetracrómatas. Gracias a esa mutación, las personas tetracrómatas son capaces de apreciar una generosa gama adicional de colores. En realidad no estamos ante una supervisión que refleje nuevos colores, sino una extensa gama de matices que ayudan a profundizar más en la escala de colores más básicos que vemos el resto de mortales.
Aunque ahora sientas un poco de envidia por no tener supervisión, piensa que podría ser peor: la mayoría de animales sólo poseen dos conos de color. En cualquier caso se desconoce el porcentaje de mujeres que poseen este cono extra y qué diferencias reales puede llegar a aportar en la visión.
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