En un sorprendente descubrimiento, se ha revelado que el libro de brujería medieval Malleus Maleficarum fue el segundo libro más vendido en los últimos 200 años. Esta obra, escrita en el siglo XV, se convirtió en una guía fundamental para la caza de brujas durante la Edad Media, y su impacto en la sociedad de la época fue profundo. La fascinación con las brujas y la lucha contra el hechizo parece ser un tema que sigue atrayendo a la atención del público, incluso en la actualidad. En este sentido, el éxito de ventas de Malleus Maleficarum es un reflejo de la continua curiosidad por la historia y la cultura medieval.
El libro de brujería medieval que impulsó la caza de mujeres durante años
En 1487, se publicó un libro que se convertiría en un auténtico best seller durante casi 200 años, superando en ventas a cualquier otro libro, excepto la Biblia. Se trataba del Malleus Maleficarum, también conocido como El Martillo de las Brujas en latín. Este libro era un completo manual para identificar, interrogar y castigar la práctica de la brujería, especialmente cuando había mujeres de por medio.
Aunque algunas regiones ya ponían especial hincapié en la caza de brujas antes de su publicación, fue este libro el que terminó por extender la persecución de mujeres bajo acusaciones de brujería por parte de las instituciones, no solo durante el último tramo de la Edad Media, sino también en buena parte del inicio del Renacimiento.
El autor detrás del libro
Detrás del Malleus Maleficarum estaba Heinrich Kramer, un inquisidor alemán que engañó al Papa Inocencio VIII para que ratificara la autoridad de los inquisidores a la hora de ocuparse de los delitos de brujería. Tras recibir la bula papal que apoyaba esa idea, la incluyó como prólogo de su libro con la intención de certificar que todo lo que allí se escribía tenía la aprobación de la Iglesia.
El libro se dividía en tres partes. La primera parte se encargaba de explicar por qué existía la magia, proclamando que Dios permitía esos males para que los buenos cristianos pudieran perseguirlos y erradicarlos, evitando así que el Diablo no ganase un poder ilimitado. La segunda parte incidía aún más en cómo las mujeres eran débiles y establecían pactos con el Diablo, mientras que la tercera parte explicaba cómo detectar, enjuiciar y destruir a las brujas.
Las consecuencias del libro
La tercera parte del libro fue tomada por muchos estamentos oficiales como carta blanca para cometer algunas de las mayores barbaridades que ha perpetrado nuestra civilización. La bula papal remarcaba que los inquisidores eran la autoridad en lo que a brujas se refería, por lo que si un inquisidor decía que era una bruja no podía estar equivocado. Asi, cualquier respuesta no afirmativa se veía como una mentira, y se torturaba a la acusada o quienes la defendiesen hasta reconocer lo contrario.
A pesar de que cierta parte de la Iglesia acusó a Kramer de fraude e incluso lo llegó a enjuiciar, no fue hasta 1657 que el Vaticano prohibió la caza de brujas. Lamentablemente, la orden tardó mucho más en extenderse que el Malleus Maleficarum, y 125 años después se celebraría en Suiza el último juicio por brujería del que se tiene constancia.
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