Tecnología contra el cambio climático: Centros de datos son una fuente de contaminación, a pesar de tener algoritmos para ahorrar energía

Tecnología contra el cambio climático: Centros de datos son una fuente de contaminación, a pesar de tener algoritmos para ahorrar energía

En la era digital en la que vivimos, donde la tecnología avanza a pasos agigantados, se ha descubierto un lado oscuro en la lucha contra el cambio climático. Los centros de datos, considerados la columna vertebral del funcionamiento de Internet, se han convertido en una fuente de contaminación que genera un impacto significativo en el medio ambiente. Aunque estos centros utilizan algoritmos diseñados para ahorrar energía, su consumo de recursos naturales y emisiones de gases de efecto invernadero sigue siendo alarmante. En este artículo, exploraremos la paradoja que rodea a estos centros de datos y cómo su impacto en el medio ambiente puede ser mitigado.

Centros de datos, una fuente de contaminación: ¿cómo ahorrar energía?

Una de las principales preocupaciones de firmas tecnológicas de la talla de Amazon, Google o Microsoft es el gasto energético que conlleva mantener sus centros de datos. Al ser una parte fundamental de la actualidad tecnológica, las compañías no tienen reparos a la hora de apostar por este tipo de funcionalidades. No obstante, varios expertos y multitud de informes apuntan en la misma dirección: los centros de datos desperdician energía al mantener los procesadores a máxima velocidad.

La tecnología contra el cambio climático: centros de datos, un problema energético

Según el portal TechSpot, el consumo de energía de los centros de datos se ha convertido en una preocupación mayúscula a raíz del aumento de la demanda. Por ello, las empresas están buscando reducir tanto los costes como el uso de energía. Y, para ello, instituciones como el Uptime Institute sugieren que activar las funciones de ahorro de energía de los servidores podría reducir significativamente el consumo entre un 25% y un 50%. Por tanto, hablamos de una maniobra que puede llegar a tener un impacto tremendamente positivo en la conservación del planeta.

Sorprendentemente, multitud de funciones pensadas para ahorrar energía están desactivadas. Por ese motivo, Uptime argumenta que los procesadores modernos suelen ofrecer un rendimiento máximo por encima del necesario, razón por la que se debería hacer más hincapié en la gestión de energía a través de controles basados en software (con un impacto del 25-50% de ahorro) y hardware (un impacto de hasta el 10% de ahorro). De hacerlo, ese enfoque combinado podría ofrecer un ahorro de energía intermedio que minimizaría el impacto en la latencia.

No obstante, para la mayoría de los casos la preocupación principal debería ser el consumo excesivo de energía, dado que el rendimiento excesivo no suele ser necesario ni tiene un alto coste energético. Además, el impacto en la latencia de las técnicas de gestión de energía podría ser menor de lo temido. ¿El motivo? Fueron desarrolladas originalmente para aplicaciones móviles, un sector en el que la eficiencia energética es crucial.

Por ello, Uptime considera que los servidores alcanzarán la eficiencia energética una vez se limiten los estados de rendimiento más bajos, razón por la que se dejaría de desperdiciar energía de forma innecesaria. De esta manera, las empresas podrán reducir su huella de carbono y contribuir a la lucha contra el cambio climático.