En un inédito caso que ha generado un gran debate en el mundo del arte y la tecnología, un artista ha logrado ganar un concurso con una obra de arte generada por inteligencia artificial (IA). Sin embargo, tras obtener el reconocimiento, el artista se ha sentido incómodo al darse cuenta de que no puede reclamar derechos de autor sobre su creación. Esta situación plantea cuestiones fundamentales sobre la autoría y propiedad intelectual en la era de la inteligencia artificial y abre un debate sobre los límites y posibilidades de la creatividad generada por máquinas.
La ironía de la creación: Artista gana concurso con obra de IA y ahora se queja de no poder reclamar derechos de autor
En septiembre de 2022, conocimos la historia de Jason Allen, un artista especializado en inteligencia artificial que ganó un concurso de arte digital en la Feria Estatal de Colorado. Sin embargo, la victoria no fue del todo dulce, ya que la polémica no tardó en estallar. Los artistas señalaron que el logro de Allen era injusto, ya que utilizó una obra generada por inteligencia artificial.
Allen se mostró despreocupado y aseguró que no había roto ninguna regla, y que el arte creado por IA había ganado a los humanos. Sin embargo, eso fue solo el comienzo de su particular calvario.
El problema de los derechos de autor
Después de ganar el concurso, Allen intentó registrar su obra con derechos de autor, pero los jueces rechazaron su solicitud. Según ellos, el arte generado por IA no puede ser protegido porque la autoría humana es una condición esencial.
Allen presentó una apelación en un tribunal federal de Colorado, argumentando que no obtenía suficiente dinero por su obra. Además, se quejó del trato injusto que estaba recibiendo, ya que muchas personas estaban robando su trabajo y vendiéndolo sin darle crédito.
La ironía del robo de la IA es que, después de defender el uso de la IA para la creación de arte, Allen ahora enfrenta la experiencia de que su propio trabajo sea robado sin poder hacer mucho al respecto.
La defensa de Allen
Allen asegura que editó la imagen en Photoshop y Gigapixel AI tras producirla con Midjourney. Considera que sus ajustes y la elección de los comandos son esfuerzos comparables a la vena creativa de otros artistas.
Sin embargo, dicha defensa no ha jugado en su favor y sigue sin obtener los derechos de autor sobre la obra que creó con inteligencia artificial.
La opinión de los expertos
El abogado de Allen insiste en que los marcos legales deben adaptarse para proteger el uso de la inteligencia artificial. Sin embargo, también reconoce que se debe mirar por los derechos de aquellos artistas cuyos trabajos se utilizan para entrenar a la IA.
Después de dos años de luchar por los derechos de autor, Allen sigue buscando obtener la protección que considera que merece su obra.
La historia de Allen es un ejemplo de la complejidad de la relación entre la inteligencia artificial y la creación artística. ¿Quién debe ser considerado el autor de una obra generada por IA? ¿Cuáles son los límites de la creatividad y la autoría en el mundo digital?
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