En un giro inesperado, las botellas que llegan a nuestras mesas y estanterías han sufrido un cambio significativo en su diseño. Los tapones que una vez eran fáciles de abrir ahora se han vuelto más incómodos. La razón detrás de este cambio no es tan ecológica como podríamos esperar. De hecho, la explicación es mucho más práctica. Resulta que en algunas jurisdicciones, se han implementado multas que han llevado a las empresas a modificar el diseño de los tapones para evitar posibles sanciones. En este artículo, exploraremos más a fondo esta sorprendente razón detrás del cambio en los tapones de las botellas.
La verdad detrás de los tapones unidos: ¿por qué las botellas tienen tapones más incómodos?
En los últimos meses, hemos visto cómo los envases de plástico en forma de bricks y botellas se han unido a la moda de los tapones unidos. Desde la leche hasta el agua, pasando por caldos y bebidas gaseosas, todas parecen haberse puesto de acuerdo en crear un nuevo tipo de tapón que, lejos de unir a la ciudadanía, parece haberla separado en dos grupos: los que lo entienden y los que, pese a poder llegar a entenderlo, lo odian.
Según The Wall Street Journal, y pese a que las compañías se empeñan en repetir que la aceptación del cambio ha sido excelente por parte de la población general, las críticas hacia el modelo de los tapones unidos son un constante tanto en la vida pública como a través de las redes sociales.
¿Por qué las botellas tienen los tapones unidos?
A diferencia de lo que las campañas de concienciación y reciclaje parecen querer promover, en realidad las principales compañías productoras de productos vendidos en este tipo de envases se declararon en contra del formato ya desde su anuncio. Allá por el 2018, la Unión Europea anunciaba una nueva directiva mediante la que se debía lidiar con los productos de plástico de un solo uso.
Para poder vender productos en este tipo de envase, los tapones debían permanecer unidos al contenedor del líquido. El discurso de la Unión Europea fue que, mediante esta medida, el reciclaje de los tapones sería mucho más fácil, evitando así que pudiesen lanzarse al suelo o a la basura en vez de a su particular contenedor.
Por otro lado, las compañías aseguraban que con ello se gastarían 200.000 toneladas más de plástico al año y comportaría costes de miles de millones en sus líneas de producción.
La regulación sobre la necesidad de ofrecer tapones unidos se volvería obligatorio en julio de 2024. Quienes no sigan esa regla se enfrentan a multas y sanciones legales, razón por la que ya llevamos varios meses viendo este tipo de tapones en la mayoría de productos.
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