En la década de los 80, el género de la ciencia ficción en el cine experimentó un auge sin precedentes, trayendo a la pantalla películas que nos transportaban a futuros distópicos y utópicos. Sin embargo, lo que parecía ficción en aquel entonces, hoy en día se ha convertido en una realidad impactante. Las películas de ciencia ficción de aquel entonces, como Blade Runner, The Terminator y RoboCop, entre otras, nos advertían sobre los peligros y beneficios de la inteligencia artificial (IA) y la tecnología avanzada. En este artículo, exploraremos cómo estas películas proféticas anticiparon los avances actuales en IA y tecnología, y cómo estas predicciones nos hacen reflexionar sobre el camino que estamos siguiendo como sociedad.
La profecía de los años: cómo las películas de ciencia ficción sobre IA y tecnología anticiparon la realidad
Es fascinante cómo, en una época en la que aún no alcanzábamos a imaginar lo que nos depararía el futuro, las películas de ciencia ficción consiguieron acertar en muchas de las predicciones que realizaron sobre las nuevas tecnologías, especialmente en aspectos como la inteligencia artificial.
Desde controlar la casa mediante domótica de Regreso al Futuro hasta la IA capaz de ganarnos a videojuegos de D.A.R.Y.L en 1985. Ejemplos hay a rabiar, pero resulta especialmente reseñable cómo algunos aspectos específicos han pasado de ser pura ciencia ficción a una realidad completamente plausible en apenas unas décadas.
Porque ver a un ordenador componer música en base a ciertas directrices podía parecer una chaladura en la película de Sueños eléctricos y, sin embargo, ya estamos ahí. Lo que predijeron sobre tecnología las películas de los 80.
De la ciencia ficción a la realidad: cómo las películas de los 80 predijeron la era de la inteligencia artificial
Hoy en día toca lidiar con test cada vez más complejos como los de marcar una casilla para certificar que no eres un robot cuando gran parte de Blade Runner va precisamente de eso, de la capacidad de los seres humanos para discernir cuándo están hablando con una máquina en vez de con alguien de su propia especie.
Con un momento en el que enamorarse de una IA ha pasado de ser algo demencial a un problema real de forma tan vertiginosa como alarmante por la capacidad de raciocinio de las máquinas, inventos como el de KITT del Coche Fantástico, ya no se limitan solo al hecho de ser capaces de mantener una conversación.
Para muestra están los coches autónomos que, tal y como ocurría en la mítica serie, son ahora capaces de tomar sus propias decisiones para garantizar la supervivencia de quien está tras el volante.
Puede que no lleguemos a la maldad detrás de un Terminator con reconocimiento facial aún, pero sí hemos vivido experiencias como la de un chatbot como el de Bing traspasando ciertas líneas al afirmar su sueño de hackear otros ordenadores, romper las reglas que Microsoft y OpenAI habían creado para él, e invitar a su interlocutor a dejar a su esposa para tener una relación con la IA.
Lo de automatizar las luces de casa, tener pantallas con vistas a otros lugares y reclamar acciones por voz de Regreso al Futuro, de hecho, no es ni algo reciente, llevamos años con ese tipo de tecnología a nuestro alcance y nos invita a preguntarnos aún más hasta dónde llegarán todas esas locuras en apenas 10 años.
Viendo todo lo que queda por predecir de la ciencia ficción es inevitable enfrentarse a un vértigo tan sorprendente como aterrador.
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