Hackear sale caro. La justicia ha dictado una sentencia ejemplar contra un ciudadano canadiense que infectó más de 1.000 ordenadores, condenándolo a 4 años de prisión y a pagar una multa de 600.000 euros. Estos hechos ponen de manifiesto la gravedad de los delitos informáticos y la importancia de proteger la ciberseguridad. El acusado, cuya identidad no ha sido revelada, utilizó técnicas sofisticadas de hackeo para comprometer la seguridad de cientos de dispositivos, poniendo en riesgo la información y la privacidad de numerosas personas. La sentencia impuesta busca enviar un claro mensaje de tolerancia cero hacia este tipo de acciones ilegales y proteger a la sociedad de posibles amenazas cibernéticas.
Condenan a hacker canadiense a años de prisión y multa de euros por extorsión cibernética
En las últimas décadas, las operaciones relacionadas con ataques informáticos, estafas y fraudes no han hecho más que crecer. El crecimiento de internet y la aparición de grupos maliciosos ha provocado que multitud de usuarios vean como su información privada, su dinero y otros elementos están al alcance de cualquier pirata. Y, aunque hackers con 30 años de experiencia compartan sus consejos para evitar caer en estas situaciones, a veces toda precaución es poca.
Policía descubre red de ransomware tras detención de criminal informático en Canadá
En una reciente publicación, el portal Techspot recoge la historia de Mikhail Vasiliev. Este ciudadano canadiense de origen ruso fue detenido el pasado noviembre de 2022 tras ser acusado de ocho cargos de extorsión cibernética (a los que hay que sumar otros tantos por posesión de armas). Así, durante una inspección, la Policía descubrió que tenía lazos con LockBit, un grupo ransomware que se dedica a realizar ataques informáticos.
Según recoge la noticia, el criminal cibernético está detrás de más de 1.000 ataques a distintos sistemas informáticos. Para su desgracia, la Policía descubrió que trabajaba con LockBit tras ver que tenía las credenciales de inicio de sesión en la pantalla de su portátil. En este, encontraron un historial con objetivos históricos, mensajes con otros miembros de la pandilla, instrucciones para el despliegue de ransomware y las ya citadas claves para acceder a los distintos portales del grupo.
Michelle Fuerst, la jueza que ha analizado el caso, determinó que Vasiliev estaba motivado por su avaricia. Como consecuencia, condenó al hacker a cuatro años en prisión y al pago de una multa de 600.000 euros. En la actualidad, LockBit ofrece ransomware como servicio a otros criminales. Desde su creación, han sido los autores de casi 2.300 ataques, una cifra que les convierte en el grupo cibernético organizado de ransomware más prolífico del mundo, ya que Conti (su más inmediato perseguidor) se queda por detrás con 883 ataques.
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