En un caso que llama la atención por su audacia y complejidad, en 2018 un grupo de criminales logró llevar a cabo un golpe maestro al robar más de 12.000 dispositivos electrónicos encriptados que, según se cree, pertenecían a una marca de teléfonos móviles ficticia. Lo que hace que esta noticia sea aún más sorprendente es que la marca en cuestión fue creada por el FBI con fines de investigación, lo que sugiere que los criminales cayeron en una trampa tendida por la agencia de inteligencia estadounidense.
El engaño más grande del siglo: Cómo el FBI atrapó a criminales gracias a una aplicación de mensajería cifrada
La seguridad de las organizaciones criminales puesta en jaque
Las organizaciones criminales suelen utilizar plataformas como la deep web o grupos de chat encriptados para garantizar la seguridad y privacidad de sus comunicaciones. Sin embargo, cuando la plataforma encriptada EncroChat fue comprometida por las autoridades europeas, los criminales buscaron una alternativa.
La aplicación ANOM, la trampa del FBI
Una empresa comenzó a vender teléfonos seguros a redes de criminales, asegurando que eran ultraseguros y que solo funcionaba una aplicación de mensajería cifrada llamada ANOM. Estos teléfonos no podían realizar llamadas ni acceder a internet, lo que los hacía atractivos para los criminales. En poco tiempo, más de 12.000 dispositivos se distribuyeron en más de 100 países.
Lo que no sabían los criminales era que la aplicación ANOM tenía una puerta trasera implementada por el FBI, que permitía copiar y enviar los mensajes directamente a las autoridades. De esta manera, los mensajes cifrados se volvían visibles para la policía.
La colaboración con Google y la distribución de teléfonos
La popularidad de los teléfonos ANOM llevó al FBI a colaborar con Google para enviar miles de teléfonos Google Pixel a Europa, ya que se estaban agotando. Estos teléfonos eran repartidos entre las autoridades para que equipos infiltrados en las organizaciones criminales siguieran utilizando la aplicación.
La operación se detiene y los arrestos masivos comienzan
Después de años de acumular mensajes, la operación se detuvo y las agencias alrededor del mundo se organizaron para coordinar arrestos masivos. El resultado fue el arresto de 800 sospechosos y la incautación de toneladas de sustancias ilegales, armas y más de 48 millones de dólares en distintas monedas y criptomonedas.
El caso de ANOM se convirtió en uno de los mayores logros en la historia de la ciberseguridad.
La operación demostró que, incluso en el mundo de la criminalidad organizada, la seguridad y la privacidad no son absolutas, y que la tecnología puede ser utilizada para combatir el crimen.
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