La espera ha terminado para los amantes de la animación y la comedia. Chicken Run, la película de stop-motion que ha conquistado el corazón de los espectadores en todo el mundo, ya está disponible en Netflix. Esta producción británica, lanzada en el año 2000, se ha convertido en la película de stop-motion más taquillera de la historia, y ahora los usuarios de la popular plataforma de streaming podrán disfrutar de esta divertida y emocionante aventura desde la comodidad de sus hogares. Con su humor inteligente y su animación detallista, Chicken Run es una película para todos, perfecta para disfrutar en familia o con amigos.
La película de stop-motion más taquillera de la historia ya está en Netflix: descubre el secreto detrás de su éxito
Hay un buen puñado de películas que, pese a estar dirigidas a un público infantil, poco tienen de inocentes en sus argumentos. Algunos casos claros son Taron y el Caldero Mágico o Fievel y el nuevo mundo, pero hay muchas más. A comienzos de los 2000, se estrenó una cinta stop-motion hecha con plastilina que iba de un grupo de gallinas que querían escapar de las granja, pero lo que parecía en un inicio un mensaje animalista escondía mucho más detrás: crítica social y revolución en toda regla.
Chicken Run fue un éxito rotundo, superando en recaudación a obras como Pesadilla antes de Navidad, y, si bien no es tan oscura, muestra una realidad mucho peor que la obra de Tim Burton.
La gran evasión: cómo Chicken Run conquistó el corazón de los espectadores y se convirtió en una leyenda del cine de animación
Se lanzó en colaboración con Dreamworks y sabemos perfectamente que la compañía buscaba explorar temáticas mucho más adultas en sus películas de animación, como sería el caso de Shrek un año más tarde o de El Dorado, pero Chicken Run se lleva la palma.
En esta, conocíamos a un grupo de gallinas que buscaban escapar de la granja en la que estaban encerradas y de la tiranía de los humanos que las sacrificaban y traficaban con sus huevos, pero además, la representación de estos hechos era mucho más dura y violenta de lo que se pudiera esperar. La granja, representada casi como un campo de concentración, era una auténtica cárcel y los humanos eran representados desde una perspectiva completamente villana.
Durante su desarrollo, se exploraban temas como la libertad, la opresión, el espíritu revolucionario, etc., que, en muchas ocasiones, también se trasladaban mediante el humor.
Chicken Run fue hecha con plastilina mediante la técnica de stop-motion, empleando miles de kilos del material para su desarrollo. Solo crear 3 o 4 pollos le llevaba al equipo una semana de trabajo y, cada detalle de estos, era completamente hecho a mano, lo que le labró una estética única que la hizo destacar entre el resto de opciones más tradicionales.
Así, Chicken Run se convirtió en la película stop-motion más taquillera, incluso a día de hoy, con una recaudación de 225 millones de dólares. Sin embargo, por mucho que la compañía hizo fuerza para que estuviera nominada a diferentes premios, no lo consiguió.
Sin embargo, actualmente la podemos ver en Netflix y, además, también podemos ver en la misma plataforma la secuela: El Amanecer de los Nuggets, la cual se estrenó más de 20 años después gracias a, precisamente, Netflix.
¡No te pierdas la oportunidad de disfrutar de esta película clásica en Netflix!
Deja una respuesta