En el ámbito de la física teórica, la noción del multiverso ha generado un gran interés en los últimos años. La teoría de Albert Einstein y Stephen Hawking sobre la existencia de múltiples universos paralelos ha llevado a los científicos a explorar las posibilidades de la aplicación de estos principios en diferentes campos. Uno de los más fascinantes es el de la ficción, específicamente en el Universo Cinematográfico de Marvel (UCM), donde personajes como Deadpool y Lobezno habitan en mundos aparentemente absurdos y desconectados de nuestra realidad. Sin embargo, ¿qué pasaría si estos personajes y sus aventuras no fueran solo fruto de la imaginación, sino que estuvieran basados en principios físicos reales?
La ciencia detrás del multiverso: ¿Cómo Einstein y Hawking explican la realidad detrás de Deadpool y Lobezno?
Aunque era un concepto desconocido o irrelevante para la mayoría de personas hasta hace unos años, el peso del mainstream detrás del Universo Cinematográfico de Marvel y películas como Deadpool y Lobezno han convertido el multiverso en uno de los temas más recurrentes de nuestra ciencia ficción. Ahora que ya sabemos cómo funciona allí, ha llegado el momento de intentar comprender qué es lo que dice la ciencia sobre ello en el mundo real.
La energía negativa, la clave para entender el multiverso
La clave para entenderlo todo está en lo que científicos como Stephen Hawking dieron a conocer como energía negativa. La idea detrás del concepto, de la forma más simplificada posible, está en que la energía gravitatoria atrae los objetos generando una energía cinética positiva. Sin embargo, el universo no está colapsando, por lo que una energía negativa estaría detrás de ese empuje que provocó el Big Bang manteniéndolo en constante expansión.
A día de hoy conocemos y hemos estudiado esa energía negativa, tanto en el campo gravitacional como en el cuántico, pero no somos capaces de generarla en grandes cantidades. Es un desafío que, presumiblemente, civilizaciones más avanzadas sí tendrían la capacidad científica y tecnológica de abordar. Gracias a ello, podrían dar forma a agujeros de gusano que deformasen el espacio-tiempo.
La teoría de Einstein y la flexibilidad del espacio
Para entender el cómo, toca recurrir a Einstein. El genio nos enseñó que el espacio es Flexible y puede llegar a deformarse, así que si tuviésemos la suficiente energía gravitatoria positiva para atraer dos puntos del espacio podríamos dar forma a un agujero de gusano. Piensa en una hoja de papel en la que tienes un punto A en un lado y un punto B en el otro. Gracias a la gravedad podrías doblar ese papel y atravesar los dos puntos con un lápiz, dando forma a un camino mucho más corto que la línea recta original. El lápiz, en este caso, es la energía negativa.
Viajes a través del espacio-tiempo
Una vez unidos ambos puntos necesitamos mantener el agujero abierto, precisamos de una energía capaz de repeler esos bordes para que la gravedad no vuelva a juntarlos. Gracias a la energía negativa no sólo podríamos desplazarnos por la galaxia a más velocidad que la energía de la luz, también estaríamos doblegando el espacio y, con él, también el tiempo. La teoría dice que, con esa tecnología, podríamos viajar al pasado hasta la mismísima creación del espacio tal y como hoy lo conocemos.
La unión de la ciencia y la ciencia ficción
A partir de aquí entra en juego el punto en el que la ciencia se une a la ciencia ficción porque, tal y como nos explicó en aquella pizarra el Doctor Emmett Brown en Regreso al Futuro, al viajar a ese pasado estaríamos en otro pasado que no es el nuestro, haciendo que el tiempo se bifurque y creando una línea temporal alternativa que, en esencia, daría forma a un multiverso. Me temo que en este no hay superhéroes en mallas. O sí, vete tú a saber.
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