En un fascinante descubrimiento que ha llamado la atención de la comunidad científica, un equipo de investigadores ha revelado que los holandeses son, en promedio, los seres humanos más altos del planeta. Pero lo que resulta aún más sorprendente es que, según estos expertos, el secreto detrás de esta estatura no se debe exclusivamente a factores genéticos. En lugar de eso, la combinación de una serie de factores, como la nutrición, la salud y el estilo de vida, juega un papel clave en la explicación de esta peculiaridad.
La altura holandesa: ¿genética o nutrición?
La genética se ha convertido en la excusa ideal para explicar ciertos fenómenos que, analizados desde la estadística y con los números en la mano, han demostrado ser algo más que eso. El mejor ejemplo de ello está en los despampanantes 1,84 metros que miden en los Países Bajos, pero también en cómo esa cifra ha empezado a decaer.
Pese a que la genética indudablemente tiene un gran papel en esas cifras, lo que demuestra un estudio reciente es que en los factores de crecimiento juega un gran papel no sólo la evolución, sino también aspectos como las enfermedades infecciosas y, por descontado, algo tan básico como una adecuada alimentación.
Por qué los holandeses son los más altos
La clave para desmontar la teoría genética está en una simple comparativa, los 1,65 metros que medían de media los habitantes de los Países Bajos a principios del siglo XIX con los 1,82 metros que alcanzó a finales del XX. Ningún rasgo evolutivo puede suponer un salto tan grande en apenas 200 años, así que para desvelar el misterio hubo que indagar un poco más.
En primer lugar se muestra que la superación de enfermedades breves resultaban de lo más útiles para el crecimiento al ofrecer una mayor inmunidad frente a futuras infecciones. Las regulares y duraderas, en cambio, conseguían justo lo contrario. Sumemos ahí que, por diversas cuestiones, la mortalidad entre los más altos también era mayor.
Además de necesitar más consumo de alimentos para mantenerse sanos, a mayor altura también hay un aumento en la división celular, lo que por mera cuestión de estadística arroja una mayor probabilidad de desarrollar cáncer. En países más desarrollados, con mejores tratamientos y una mayor calidad de la dieta, las personas con mayor altura tienen más posibilidades de salir adelante.
Países Bajos parece haberse convertido en la cuna de esa situación, pero lo que la genética te da, la sociedad te lo quita. Con una tendencia que parece haber virado hacia unos niños con una estatura más baja en comparación a la de sus padres, el estudio plantea que la calidad en la alimentación que les hizo estar a la cabeza de Europa ahora o se ha perdido o ha empeorado lo suficiente como para reducir esa diferencia.
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