La Generación Z: la ilusión de una vida fácil
Parafraseando a mi abuela con una de sus míticas frases, la Generación Z tiene el cielo ganado. Al menos, eso creen muchos. Después de abrazar el teletrabajo, disfrutar de sueldos más altos y priorizar su salud mental, se supone que esta generación es la que mejor vive y vivirá. Sin embargo, los datos nos muestran justo lo contrario.
Los datos hablan claro
Al llegar a la edad adulta, la Generación Z se enfrenta a precios más altos en productos de primera necesidad, costos de vivienda más altos y deudas más pesadas que cualquier otra generación. Los expertos aseguran que los consumidores de la Generación Z han visto cómo sus finanzas se veían significativamente afectadas por la pandemia y sus secuelas, más incluso que los desafíos a los que tuvieron que enfrentarse los millennials como resultado de la crisis financiera global de finales de los 2000.
Las cifras no mienten
En países como Estados Unidos, donde la situación financiera es aún más volátil, 1 de cada 7 jóvenes de la Generación Z están al límite de sus tarjetas de crédito, gastan un 31% más en vivienda -principalmente por tener que alquilar y moverse más a menudo de una vivienda a otra, lo que a su vez incrementa más los precios-, y sus costos están casi un punto por encima de lo que vivieron el resto de generaciones en base a la inflación.
La trampa mortal del capitalismo
Los economistas apuntan que la clave de todo está en una pandemia que los forzó a estar encerrados cuando estaban en el punto más álgido de su juventud y que, tras ello, cayeron de bruces en la trampa mortal que les había preparado el capitalismo. Buscando vivir lo que no habían podido hasta entonces, y frente a unos bancos que redujeron las reglas a la hora de acceder a créditos para que la economía echase a rodar, muchos no dudaron en atar los cabos incorrectos y siguen pagando el pato.
Un punto de inflexión
Según Jimmie Lenz, profesor de economía financiera en la Universidad de Duke, la Generación Z se enfrenta ahora a un punto de inflexión porque está llegando a la mayoría de edad en un momento de inflación creciente y tasas de interés en aumento, y eso los afectará. En busca de abrazar cierta calidad de vida, eso impactará aún más sobre las deudas y créditos en los que caigan, y a su vez complicará aún más su acceso a la vivienda.
La Generación Z se enfrenta a un futuro incierto, con deudas y costos que pueden ahogar sus esperanzas de una vida fácil y cómoda. ¿Será capaz de superar estos desafíos y encontrar un camino hacia una mayor estabilidad financiera?
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